Hoy hemos visto un gobierno del PSOE y del BNG que ha empeorado en sensibilidad, negando la situación de inseguridad en el entorno de Valentino o votando en contra del Plan de Infancia. Un gobierno que reniega de las prioridades y rompe acuerdos unánimes como el de mejorar infraestructuras (rechazaron la reparación de la N-540 y el impulso de la A-56).
Pero lo más preocupante es la alarmante falta de trabajo que han demostrado los dos partidos que llevan gobernando Lugo durante casi 26 años: durante el debate sobre la playa fluvial, el alcalde reconoció que aún no se ha solicitado la autorización para instalar la rampa de acceso al Miño, a menos de mes y medio de que comience la temporada oficial de baño, el 15 de junio.
Este es el reflejo de un gobierno más centrado en los anuncios que en la gestión. Desde el PP seguiremos fiscalizando esta dejadez y proponiendo soluciones reales y viables para que Lugo avance.
Por su parte, desde el Grupo Popular seguimos trabajando con rigor para que el Pleno del Ayuntamiento se centre en analizar e impulsar los proyectos que realmente importan a los lucenses. En este sentido, resulta significativa la rectificación del alcalde respecto a la ubicación de la playa fluvial (en febrero de 2024 dijo literalmente que hablar de esa ubicación [Os Robles] “es tanto como no querer playa fluvial”, y hoy afirma justo lo contrario).
Desde el Grupo Popular no compartimos que aproveche una sesión plenaria para lanzar un reto de acudir a diferentes administraciones para lograr la playa fluvial en Os Robles. No es una forma seria ni responsable de trabajar, especialmente cuando ya le hemos tendido la mano en otros asuntos importantes, como la mejora del refugio de animales, donde también acabó rectificando.
La playa fluvial requiere planificación, diálogo y lealtad institucional entre administraciones, no desafíos improvisados de cara a la galería. Lo que Lugo necesita no son gestos para la foto, sino un gobierno que trabaje con seriedad y compromiso.
